jueves, 6 de septiembre de 2012

Día 8. De Tucumcari a Gallup.

Nos despertamos a la misma hora de siempre y desayunamos en el porche de nuestra habitación. El perro del dueño, un precioso labrador, nos hizo compañía durante el mismo. Aunque creo que era más por nuestro querido bocadillo de pavo, que por acompañarnos. Salimos a las 8.00 y decidimos seguir el antiguo trazado de la ruta, para darnos cuenta, después de unas 3 millas, que acababa en una finca privada. De todos modos habíamos dicho que queríamos hacernos unas fotos en un tramo abandonado y así fue. Nuestro primer destino fue el pueblo de Santa Rosa. Justo antes paramos en el Route 66 Auto Museum (5 USD), pero nos quedamos en la tienda de regalos, porque la colección de coches que tenía no nos interesaba mucho. Tras esto pusimos rumbo a Santa Rosa, que resultó, como casi todos los pueblos por los que pasamos ese día, no tener el más mínimo interés. Buscamos el Blue Hole, una especie de poza-lago profundo, de aguas cristalinas (según la guía), donde muchos submarinistas practican buceo. Seguimos las indicaciones de un lago, pero no dimos con el Blue Hole. Con este calor seguro que se ha evaporado y por eso no lo encontramos por ninguna parte. El siguiente punto a visitar era el pueblo de Santa Fé, que realmente no se encuentra en la ruta 66. Solo estuvo en los primeros años y después desviaron la ruta por otro lugar. Es uno de los destinos de vacaciones más importantes de los EEUU, así que supusimos que merecía la pena. Al llegar nos dimos cuenta de que puede que en un pasado lejano tuviese su encanto, pero en la actualidad ese encanto era artificial. Nos dimos una vuelta de una hora y media por el pueblo, plagado de tiendas de todo tipo de artículos y de galerías de arte, más de 200, y comimos sobre las 12.00 en el Café Pasqual’s, un sitio de comida orgánica recomendado por la guía (36 USD). Yo me pedí un plato de carné con verduras que estaba muy bueno, aunque el Chanquete decía que los pancakes no estaban como los del Lou Mitchell’s, porque les faltaba algo de aceite, grasa y mantequilla.
Echamos gasolina (31 USD) y nos dirigimos hacia Albuquerque, la ciudad más grande del estado de Nuevo Méjico, donde se celebra la exhibición de globos aerostáticos más grande del mundo. De camino entramos en el pueblo de Los Lunas, y de la misma forma salimos. Otro lugar que no tenía nada que ofrecer. El interés de Albuquerque se reduce a un pequeño tramo de su calle principal donde se encuentra una tienda de productos indios y el teatro Kimo. Entramos en la tienda pero no compramos nada, solo hicimos el indio. Lo mejor del día, sin duda, fue el cambio del paisaje de la ruta. Aparecieron las primeras montañas y mesetas recortadas. Antes de llegar a Gallup, la ciudad donde dormiríamos esa noche, pudimos disfrutar desde la interestatal del Red Rock State Park, suponemos que un espectáculo introductorio al Gran Cañón. Llegamos a Gallup sobre las 18.00, más pronto que nunca, pero no queríamos adelantar camino para cuadrar el resto de las etapas y la visita al Gran Cañón. Preguntamos en el motel del hotel El Rancho, que tenía muy buena pinta (66 USD), con un hall espectacular, pero solo ofrecía wifi en la recepción. Al parecer en este hotel se alojaban todas las grandes estrellas que venían a rodar películas en este lugar. Acabamos en el motel El Capitán (56 USD). Vi la ciudad de Gallup corriendo y resultó ser como el resto de ese día. Muchos locales vacíos y nada que ofrecer.

1 comentario:

  1. ¡Ya me he puesto al día y me lo he leído todo! ¡Sigue escribiendo! Y, por favor, no te olvides de contar cómo estaban los piononos del Pasqual's.
    ¡Buen viaje, pásela bien!

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