Diario descriptivo de las andaduras y torceduras de dos malagueños en las profundidas del este y oeste de los Estados Unidos de América del planeta Tierra (por si el Curiosity ha descubierto algo nuevo mientras tanto).
miércoles, 12 de septiembre de 2012
Día 14. Los Ángeles.
Desayunamos en un café próximo al hotel, en el boulevar Ocean Park, yo, comida sana (qué fácil es encontrarla en esta ciudad) y el Chanquete pancakes.
Decidimos visitar los sitios en coche, como recomendaba la información que teníamos, y al final resultó ser un acierto. El primer destino fue el paseo de la fama, donde nos entretuvimos de lo lindo buscando y encontrando estrellas de actores, músicos y otros artistas. Aparcamos en un estacionamiento público en la calle Vine (10 USD). Recorrimos viendo las estrellas tanto de esta calle como del boulevar de Hollywood. Descubrimos que las de los actores más conocidos se encontraban próximos al teatro Chino y al teatro Dolbi (antiguo teatro Kodak, el de la ceremonia de los oscars), así que supusimos que esta gente las va cambiando y acercando a los puntos calientes según les conviene, porque no tiene sentido que la estrella de Scarlett Johanson (y no tengo nada contra este angelito del cielo) esté en todo el meollo y las de otros grandes actores como Katharine Hepburn, no.
En el teatro Chino vimos las huellas de pies y manos de unos cuantos actores. Pensábamos que habría más, no las 40 o 50 que como mucho había. Allí estaban las de Marilyn Monroe, Sean Connery y... Jennifer Aniston (no digo nada).
Lo que sí comentamos es que pensábamos que el boulevar de Hollywood iba a tener más glamour, pero resultó estar en un barrio de lo más corrientucho.
Después nos fuimos a hacer la foto típica con el cartel de Hollywood. En primer lugar desde la calle Vine, después desde el observatorio Griffith y por último, el mejor sitio al ser el más cercano, en el 6272 de Mulholand Highway.
Almorzamos en Santa Mónica, en un restaurante situado en la calle Main, relacionado con los bomberos. Allí volvía a haber comida sana, yo (y el Chanquete por equivocación) me pedí uno de los “body builders” con pasta y pechuga de pollo.
Habíamos estacionado el coche en una zona de aparcamiento gratuito a partir de una hora concreta, así que nos fuimos a recorrer Venice Beach. Una pasada, me encantó el ambiente un tanto decadente y alternativo, lleno de músicos y artistas de lo más variopinto. Desde el que te intentaba vender su música hasta el que tenía a un perro tumbado en una hamaca en ropa interior y con las uñas pintadas, con el tanga lleno de billetes de dólar. Había hasta gimnasio de pesas al aire libre. Llegamos hasta el Venice Canal Walk, que me gustó aún más. Es un barrio surcado de canales y atravesados por puentes de madera que al parecer era un antiguo parque de atracciones, pero que hoy tiene que ser residencia de gente adinerada, teniendo en cuenta las casas y la decoración que se podía ver.
Luego fuimos en coche al Pier de Santa Mónica, para mí mucho más auténtico que el de Chicago, y vimos la puesta de sol desde la playa sobre las 19.00, junto con un montón más de gente. Hacía frío, era tarde y no me había llevado la toalla, así que no me bañé, pero queda pendiente.
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¡Buenas!
ResponderEliminarParece que la última parte del viaje tiene más chicha que la de enmedio, ¿no? ¡Me alegro!
¿Hasta cuándo estáis por allí? ¿Caerá una visita a San Francisco? Si sí, no te olvides de ir a Memphis Minnie's, un sitio buenísimo.
¡Un abrazo!
Hola, hijo mío. La primera parte tiene su encanto, pero la última tiene mucho más que ofrecer. Los últimos cinco días estamos en San Francisco, así que hazme todas las recomendaciones que quieras. Por cierto, por ser el primero en comentar te has ganado un regalito. Un abrazo.
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