Diario descriptivo de las andaduras y torceduras de dos malagueños en las profundidas del este y oeste de los Estados Unidos de América del planeta Tierra (por si el Curiosity ha descubierto algo nuevo mientras tanto).
martes, 11 de septiembre de 2012
Día 12. Las Vegas.
Nada más despertarnos nos fuimos a hacernos la foto de rigor con el cartel de entrada a Las Vegas. Al llegar, para mi asombro, había incluso cola y una chica que las hacía cobrando propina. Esta ciudad no deja de sorprenderme…
Después nos fuimos a ver tres casinos que no habíamos visto el día anterior, el París París, el Montecarlo y el Bellagio. Eran las 12.30, pero esta vez no hubo espectáculo de las fuentes del Bellagio.
Almorzamos comida sin sustancia en el Pink’s y nos fuimos a descansar al hotel. Después de una siesta de un par de horas que agradecimos como un chorro de aire helado en los más de 40 grados de Las Vegas, bajamos a la piscina del hotel, donde contemplamos el espectáculo de lucha libre de los guiris borrachos, bebiendo dentro de la piscina.
Al final decidimos ir a ver un espectáculo del Circo del Sol, así que a eso de las 19.30 cogimos el autobús que recorre el strip, the deuce, por 7 USD para 24 horas y 5 USD para dos horas, con parada delante de los casinos, y nos fuimos al Bellagio a ver el espectáculo nocturno de las fuentes. Escuchamos dos canciones, las dos de Frank Sinatra (que sumamos a la de Faith Hill “This Kiss” y Michael Jackson “Billie Jean”), pero nos hubiésemos quedado a escuchar otras dos más si no es porque el espectáculo de “Le Reve” del Circo del Sol empezaba a las 21.30. Lo repito, las fuentes son de lo mejor y lo único que salvaba de Las Vegas... hasta que vimos “Le Reve”.
Ya la entrada al casino donde se ofrecía, el Winn, prometía. Al parecer este casino es de lujo, y nada más entrar en él te das cuenta que sí. Sacamos la entrada justo antes del espectáculo (123 USD, porque podría haber alguna salpicadura de agua – apenas unas gotas), algo cara pero el espectáculo bien lo merece. No diré más, id a verlo y no os decepcionará.
Tras esto bajamos al downtown. Comimos en el “Heart Attack Grill”, un sitio super curioso que nos recomendó nuestro amigo Alexandro, ambientado como un hospital en el que tienes que comer cuanto más mejor. De hecho aquellos que pesen más de 350 libras (unos 160 kilos) comen gratis. Te ponen un camisón como de hospital y si no te lo comes todo las camareras/enfermeras te azotan. Yo fui bueno y me lo comí todo, aunque después me arrepentí, porque Jimmie tenía dos amiguitas que... ñam ñam.
Si para mí Las Vegas es casposa, el centro ya no os cuento. De pena. Majaras, borrachos,... Había dos haciendo de piratas del caribe y si te hacías una foto con ellos la mujer te enseñaba las tetas (una talla 110 a ojo).
Al final esa noche no hubo Sapphire.
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