domingo, 2 de septiembre de 2012

Día 4. De Chicago a Springfield.

Nos levantamos sobre las 7.30, aunque ya andábamos dando vueltas en la cama desde mucho antes porque a un pavo le empezó a sonar la alarma del teléfono desde las 5.45. Inconvenientes de alojarte en una habitación compartida. Desayunamos en el albergue y nos fuimos para el Lou Mitchell’s, el sitio donde todo aquel que quiera empezar la Ruta 66 con buen pie debe desayunar. Es el sitio con el repertorio más grande de comida grasienta que he visto en mi vida. No sé cómo esta gente puede comer eso para desayunar. Hicimos cola un par de minutos para entrar, donde nos dieron a probar unos buñuelos que no estaban mal. Pedimos unos pancakes con mantequilla y jarabe de arce que a mí no me gustaron nada pero que el Chanquete disfrutó de lo lindo (16 USD). Tras esto recogimos las cosas en el albergue, fuimos a por el coche y nos hicimos la foto de rigor en la primera señal de la Ruta 66 de la calle Adams. Seguimos esta calle y no vimos más de tres señales. Por eso cuando acabamos en lo que sería una especie de barrio de la Palmilla, decidimos seguir las indicaciones del gps y tomar la I55. La primera parada fue para fotografiar al hombre astronauta, primero de los Muffler Men, conocido como Gemini Giant, en Wilmington. La segunda parada fue en Pontiac, donde visitamos el museo de la ciudad pese a ser domingo, y donde presenciamos un desfile difícil de explicar y entender, por cualquiera que no viva en Pontiac, de los ciudadanos de este pueblo conduciendo sus vehículos. Se podían ver desde vehículos de más de 60 años hasta coches normalitos de unos cuantos, junto con tractores, cortacéspedes y demás. Repartían poloflanes, caramelos, y hasta imanes con la cara de un político que no conocíamos. Esta gente es muy peculiar. No pudimos hacer la foto del coche con el mural típico que está situado detrás del museo porque las calles estaban cortadas, pero la visita al museo era interesante, sobre todo por ver los vehículos del hippie que inspiró el personaje de Fillmore de la película Cars.
Después fotografiamos al segundo Muffler Man, el del hot dog, en Atlanta, donde almorzamos por 16,69 USD, yo una ensalada sana y buena; increíble. Tras esto visitamos el pueblo de Lincoln, donde nos hicimos fotos delante de la carreta cubierta más grande del mundo y de una gasolinera típica de Texaco. Luego vino la búsqueda de alojamiento en Springfield, a donde llegamos sobre las 18.30, después de recorrer unos 325 kilómetros. Preguntamos en un Red Roof (78 USD), en un Super8 (64 sin impuestos, con desayuno) y en varios sitios más, que resultaron ser más caros. Acabamos en un Quest Inn (50 USD), de donde espero salir vivo y donde espero que no tengáis que dormir nunca. Después de esto hemos decidido pagar un poco más para proteger nuestra integridad física. Mañana os contaremos qué tal la noche. En el motel había una máquina expendedora de hielo, algo es algo, y un wifi que andaba algo justo.

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